Hace muchos años, en una colina
llamada Russ, existió una aldea: Toyoko. Habitada por chamanes de todas partes
del mundo se convirtió en un paraíso para la magia. Cuentan las leyendas que
sólo ellos conocían la ubicación de la colina y eran los únicos que podían
acceder a la aldea. Muchas personas intentaron buscar Toyoko sin éxito. Los
aventureros que partían en su búsqueda decían haberse desviado sin darse
cuenta, como si al llegar a la supuesta ubicación de la colina alguna fuerza
les desviase hacia otro camino.
Un día, la aldea dejó de existir,
todos los rumores y leyendas que existían se evaporaron. Los años fueron
pasando y sólo el olvido fue testigo de la existencia de Russ.
Hasta que un día, 3000 años
después del olvido, centenares de chamanes aparecieron en todas partes del
mundo. Todos sin pelo en la cabeza y vestidos con una toga azul celeste
inundaron la Tierra, cada día aparecían más y más en las calles de forma
misteriosa. No hablaban, no consumían en las tiendas, no entraban a los edificios,
no comían ni bebían, simplemente andaban como transeúntes con la mirada
perdida. Nadie se comunicaba con ellos, nadie les molestaba, nadie hacía más
que cuestionarse la situación.
Y tal como vinieron, desaparecieron.
Los rumores y leyendas se avivaron
de nuevo, la gente contaba historias para encajar lo sucedido. Y con el paso
del tiempo… el olvido.