Rocío era una copa para vino que nació en Alemania y fue exportada a Francia. allí unos Franceses que tenían unos ingresos muy elevados la compraron y la pusieron en una estantería protegida por un cristal, junto a otras muchas copas de vino más baratas.
Recién comprada, Rocío era muy feliz con sus nuevos dueños, cuando la compraron la alababan diciendo que era una joya, que tenía un acabado estupendo, y muchos otros piropos.
Pero con el paso del tiempo, la copa Rocío acabo sola y abandonada en aquella estantería protegida por un cristal. nunca la usaban, dejaron de decirle piropos y dejaron de admirarla. Sólo la sirvienta le hacía caso y era para limpiarla.
Un día llegaron familiares de los dueños de Rocío y cenaron por todo lo alto, Rocío se emocionó al ver que sacaban botellas del vino más selecto del mercado, pensaba que la usarían por primera vez, estaba tan nerviosa... Sin embargo, los dueños eligieron la cubertería barata, al parecer ni se fijaron en las copas que sacaban, el vino lo era todo, era tan bueno que la copa utilizada sería sólo una pequeña parte de ese placer.
cuando volvieron a guardar las copas utilizadas para aquel vino en la estantería protegida por un cristal, Rocío les dijo a sus compañeras:
- Ya no aguanto más, debo irme de aquí como sea.
sus compañeras se sorprendieron por lo que Rocío decía y una de ellas preguntó:
- ¿Y cómo piensas salir de aquí?
- cuando llegue la sirvienta, me haré resbalar de sus manos. - Respondió Rocío.
- Pero así te caerás y romperás, deberías buscar otro plan. - añadió la copa barata.
Rocío hizo caso omiso de su compañera y a la mañana siguiente se escurrió de las manos de la sirvienta, rompiéndose por completo.
La sirvienta, limpió el estropicio y vertió los escombros de Rocío en el cubo de basura para cristales.
Pasaron los meses en la casa sin Rocío, cuando un día, tras reponer una bombilla que se había fundido en el salón, Rocío volvió a aparecer, muy contenta, saludó a sus amigas las copas baratas y estas preguntaron:
- ¿Qué ha pasado? ¿Cómo puedes estar aquí otra vez?.
rocío había sido reciclada, moldeada y transformada en una bombilla, cuando se expuso en el mercado, la sirvienta compró una bombilla para arreglar la fundida del salón y así, por casualidad, rocío volvía a estar junto a sus amigas. además los dueños ahora le daban un buen uso, a todas horas la encendía y la apagaban. y así Rocío fue feliz durante mucho tiempo.
Vivimos rodeados de palabras, la mayoría conocidas, algunas desconocidas o simplemente no tienen sentido. Detrás de cada palabra, aunque sea de las de este último grupo, existe una historia, un contexto, unos pensamientos que nos vienen a la mente al visualizarla. Cada persona tiene un contexto diferente. Cada contexto, a su vez engloba contextos diferentes. y así existen millones de historias que contar... Por desgracia yo sólo puedo aportar las mías...
lovely
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Este lo aprovecharé para mis niños del centro juvenil. Iván...eres un GENIOO! ;D Me encanta!!
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