Había una vez un niño que siempre estaba
cuidando de su corazón que tenía protegido bajo llave. No dejaba la llave a nadie.
Sólo la dejó una vez a sus padres, y porque fue una urgencia que no voy a
contar. Con el tiempo, el chico conoció a una chica que era guapísima y muy
simpática. El primer día, nada más conocerse, él le contó su historia del
corazón. Le dijo:
-¿Sabes?, yo tengo un corazón cerrado con una
llave que la guardo muy bien y nunca la dejo a nadie.
La niña le preguntó:
El niño se rió imaginándose la escena, luego se
puso serio y le explicó a la chica:
-Nunca lo he abierto. Una vez dejé a mis padres la llave pero no hizo falta abrirlo.
La niña le pidió la llave y el chico, sin saber bien por qué, se la dio. Sí, esa misma llave que tantos años había estado guardando. La niña introdujo la llave en el corazón del chico, giró 360º hacia la derecha y se abrió... No sucedió nada, por tanto, la chica preguntó:
-¿Qué ha pasado?
-Nunca lo he abierto. Una vez dejé a mis padres la llave pero no hizo falta abrirlo.
La niña le pidió la llave y el chico, sin saber bien por qué, se la dio. Sí, esa misma llave que tantos años había estado guardando. La niña introdujo la llave en el corazón del chico, giró 360º hacia la derecha y se abrió... No sucedió nada, por tanto, la chica preguntó:
-¿Qué ha pasado?
El niño respondió temblando:
-Me acabo de enamorar.
Yo si que me acabo de enamorar ;)
ResponderEliminarLos grandes tesoros hay que cuidarlos y protegerlos, pero sin negarle al mundo su disfrute :)
ResponderEliminarMe encanta este cuento...
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