Yo puedo verificar que el trébol existe, lo conocí hace un par de años, subí al tren regional que cojo regularmente para desplazarme desde Villena hasta Valencia ( Estación del Norte) y lo ví en el primer asiento pegado a la puerta. el Típico asiento en el que uno se sienta porque no hay más espacio en el tren, y, en efecto, el tren iba lleno, así que no tuve más remedio que colocarme en el asiento de al lado del trébol, algo que, como podéis comprender me desconcertaba bastante porque tenía cuatro hojas y además, ERA UN TRÉBOL!!
Al principio, como en toda relación de compañeros de viaje desconocidos, las frases que se dicen suelen ser referentes al tiempo, con muchos latiguillos del tipo "pues nada...", "bueno..", pero al final, sin recordar exactamente cómo, acabamos hablando sobre el pasado del trébol de cuatro hojas:

Un día investigó mi cuarta hoja y entonces descubrió que yo era quien le otorgaba esa suerte, decidió entonces exponer su descubrimiento en un museo, es decir, me expuso en un museo y me sentí realmente bien, todo el mundo me admiraba, aquello que durante toda mi vida había supuesto objeto de mofa ahora parecía producir las emociones opuestas: atracción y fascinación. Al principio me sentí como alguien nuevo, contento por el cambio pero enseguida me di cuenta que la raza humana no dista mucho de la raza trébol. Intentaron comprarme infinidad de ricos, intentaron también robarme, incluso en una ocasión destruirme. Todo por mi extraño poder. Había pasado de ser el marginado a ser sólo un poder. Nada me parecía haber cambiado.. Tomé la decisión de marcharme, huir de todos, incluido mi amigo el biólogo, y pasé varios años perdido en África. Allí escuché que me buscaban por mis poderes mágicos así que decidí volver a casa, donde seguro que me cuidarían bien.
Llegamos a la estación de Valencia y el tren no se retrasó ni un minuto, nos despedimos. Bajé al metro pensando en la historia que me había contado. Pensaba que no tenía viajes disponibles en la tarjeta de metro pero al parecer la tenía llena. Justo al bajar llegó el metro que me deja a escasos metros de mi casa, casi vacío. Al parecer los poderes del trébol me habían facilitado aquel viaje.
Si algún día encuentro uno, le daré un buen hogar ;)
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