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martes, 29 de noviembre de 2011

Una pequeña historia de la memoria

¿Alguna vez has comenzado a dejar de pensar en una persona?, ¿Alguna vez has dejado de pensar en ella hasta conseguir el absoluto olvido en tu memoria?, ¿Has llegado alguna vez a eliminar de tu mente su completa existencia?.
Y, de repente, un día que piensas en otra cosa totalmente diferente, en algo recurrente dentro de tus pensamientos, esa persona vuelve a tu cabeza con total vividez, como si fuese ayer cuando la viste por última vez, recuerdas su voz, recuerdas su cara, su cuerpo, su ropa, su olor, sus gestos. Recuerdas absolutamente todo sobre ella. 
Pasas el día sin darle mucha importancia, sólo los recuerdos influyen en ti sacándote  alguna sonrisa por aquellos momentos que habías olvidado y, esa misma tarde, mientras vas camino de casa a un paso rápido pero prudente, levantas la mirada, prestas atención al ambiente que te envuelve, los árboles, las calles, los pájaros, los coches, las personas... ¡Las personas!¡Ella!, la persona que no recordabas hasta apenas 3 horas antes, la misma que te perseguía durante esas 3 horas  en tus pensamientos y que no habías visto en lo que a ti te parecen milenios, está enfrente de ti. 
La saludas, un saludo distante, no la conocías lo suficientemente bien como para pararte y hablar sobre ese tiempo que habéis estado sin veros, de no ser así no habría caído en el oscuro cajón del olvido. Ella te devuelve el saludo, seguís andando cada uno hacia vuestro destino y es en ese momento cuando tu alma entra en pánico, ¿Cómo es posible? ¿Por qué ahora?
Quizás sabías que la encontrarías, quizás sólo se trate de una casualidad, quizás el destino está realmente escrito y sabemos lo que vamos a vivir desde que nacemos, quizás no, quizás tus pensamientos hayan atraído a la otra persona a encontrarse contigo. Es en este tipo de situaciones cuando nos agarramos de nuevo a lo único que nos queda sólido: el oscuro cajón del olvido; olvidamos esa persona, esa situación, esa casualidad. Dejamos que el tiempo actúe con la firmeza que lo hace, vivimos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El tesoro en busca del pirata

Existió un tesoro que vivía en un mundo donde las monedas se peleaban por encontrar una mano pobre a la que ayudar, los billetes huían de las mansiones grandes para vivir en chabolas y los diamantes se encontraban mejor en el bolsillo de un pantalón descosido que a manos de un terrible banquero.
Cuenta la leyenda, que el tesoro era tan valiente que no tenía miedo a nada, ni siquiera a los horripilantes y avariciosos dedos de un político. 
Aburrido de la vida rutinaria decidió emprender un viaje en busca del pirata perdido, sólo había oído hablar de ellos, eran el rumor más escuchado en boca de los tesoros, los piratas eran pobres y podían pasar mucho tiempo en un barco viviendo sin nada hasta que algún tesoro les conseguía encontrar.
Los rumores situaban al pirata perdido en el mar Piratio, el más peligroso y salvaje de los 84 mares. 
Decidido y sin dudarlo, el tesoro valiente marchó con un barco hacia el peligroso mar. Pasaron los días y no ocurrió ningún problema, llegó al mar Piratio en tan sólo un mes y ningún altercado fue partícipe en el viaje, pero al llegar al bravo mar de leyendas varias, el tesoro comenzó a tener problemas Para atravesarlo tuvo que sortear peligros incesantes: venció a un ejército de ricos, mató a millones de banqueros y, ¡derroto a la mítica uña del senado!, su valentía le permitió seguir a salvo en su viaje.
Al llegar a la cueva donde supuestamente se encontraría el pirata, el tesoro sólo pudo encontrar un cubo con 7 huecos. Él nunca había visto un pirata y no sabía como podría ser, así que  pensó que tal vez estaba dentro del cubo. Pero cuando su brillante mano hizo contacto con el misterioso cubo éste le absorbió creando un octavo hueco.
El tesoro se encontró de repente en un mundo completamente diferente: Las monedas corrían hacia las personas ricas, los billetes se escapaban de las casas pobres para vivir en mansiones y los diamantes sonreían bebiendo whisky y fumando puros en manos de los políticos.
El tesoro, desolado por lo que vio ante sus ojos se aisló en una cueva alejada de las ciudades y pueblos, alejada del contacto humano, desde entonces los piratas buscan ese tesoro en busca de ayuda para solucionar el desastre en el que se halla el mundo en el que viven.



martes, 1 de noviembre de 2011

Casio el reloj


Casio, el reloj, era un joven clásico que nunca iba ni retrasado ni adelantado, siempre a tiempo. con sus manecillas de color verde incandescente que facilitaban su vista a la noche y sus números escritos en color blanco sobre fondo negro, era uno de los relojes más atractivos del mundo de los relojes.

Casio contaba el tiempo durante todo el día todos los días del año, se le escuchaba contar en voz baja los segundos y minutos que llevaba trascurridos cada día. Por la mañana se levantaba siempre a la misma hora, desayunaba en el mismo intervalo de tiempo para así poder seguir una rutina que él mismo había fijado y seguía con estricta rigidez. Acudía al trabajo puntual como nadie, y si había un evento extra lo planeaba con sabiduría para que el tiempo no se le echase encima.

Siguió así durante muchos años hasta que un día, a Casio se le acabaron las pilas, y tubo que ir corriendo al hospital para que se las cambiasen. No le pasó nada grave, sin embargo sus manillas estuvieron paradas durante varios minutos. Casio no podía contar el tiempo, porque sabía que no era correcta la hora que indicaba.

Salió del hospital corriendo buscando alguien con quien sincronizar la hora exacta, pero cada reloj apuntaba unos minutos de diferencia. Estaba tan confuso que no pudo planear nada, solo corrió en busca de algo que le guiase. Sin darse cuenta se adentró en un bosque y no pudo salir de allí. 

- Si mi amiga brújula estuviese aquí... - Pensó.

Pero no estaba, y su mente no hacía más que dar vueltas, pensaba en segundos y minutos equivocados,  su planificada y elaborada vida se había ido al traste. Y para colmo estaba perdido en un bosque.

Siguió corriendo hasta que su correa se quedó enganchada en algo, cuando volvió la vista, un reloj viejo y desaliñado le estaba sujetando. llevaba una capucha que impedía ver su marca y la hora que apuntaban sus manillas.

El misterioso reloj pregunto:

- ¿Qué te ocurre joven Casio?

- Ando perdido en el tiempo... mis pilas se agotaron y no se qué hora es, por favor ayúdeme... por cierto.. ¿Quién es usted?

- Soy un viejo Lotus, - Respondió sin elevar mucho la voz- tus manillas del reloj indican un tiempo que no existe.

- ¿ A qué se refiere? - preguntó con aire interesado Casio.

- En ocasiones los minutos parecen horas, las horas parecen minutos y eso es lo bonito del tiempo. Puedes andar perdido en él y será entonces cuando descubras su verdadero secreto.

Aquellas palabras dejaron a Casio sin aliento. Nunca pudo imaginar que el tiempo fuese algo tan relativo, tan moldeable, pero aquello que el viejo decía era verdad, en ocasiones, cuando Casio esperaba a alguien los minutos parecían eternos, y, sin embargo si estaba pasando un buen rato las horas parecían ir tan rápido como las milésimas de segundo que se encontraban en la parte derecha de la pantalla de su amigo cronómetro.

Seguidamente el anciano desveló su rostro y sus manecillas se encontraban paradas, miró a Casio a la marcas directamente y le dijo:

- Llevo así años, Siglos quizás y puedo asegurar y aseguro que he tenido una vida Feliz e interesante, el tiempo se encuentra en el corazón, en el alma.

                                                               ..........


Casio despertó en el hospital, todo había sido un sueño mientras le cambiaban las pilas, pero aunque sólo fue un sueño, Casio cambió su estilo de vida, se volvió un reloj más sociable, más feliz, vivía en el momento, cumplía con todos sus deberes y obligaciones como siempre pero si un día se terciaba el asunto, sólo debía tomar la opción que le hiciese más feliz, sin pensar en el tiempo, sin planes, libre.

Sol y Luna

Hace muchos trillones de años, existió una chica llamada Luna, ella tenía la cara enfermiza y paliducha, vestía de negro y siempre se ocultaba ante el público, tenía miedo a las multitudes y se mordía las uñas hasta hacerse verdaderos cráteres en sus dedos.
Luna se enamoró de un chico que jugaba al baseball, fornido, sociable y lleno de energía. Pero ella jamás se acercaba a él porque era demasiado tímida y él estaba rodeado de las mujeres más guapas, las estrellas de Oclahoma. Eran las animadoras del equipo en el que él jugaba y todas tenían un tipazo que Luna (y cualquier otra chica) envidiaba.
Cuando llegó el fin de curso, y con el fin de curso el baile de fin de curso, y con el baile de fin de curso la búsqueda incesante de parejas para el baile de fin de curso,  Luna no fue capaz de encontrar una pareja que la acompañase en esa noche tan especial, sin embargo, Sol (el chico fornido) apareció en su casa con un ramo de flores y le pidió ser su pareja. Fue tal la sorpresa que se llevó Luna que se desmayó y su cabeza chocó contra el suelo.
Cuando despertó, se encontraba en el hospital con Sol, que le dijo que quería ser su novio, que siempre había estado enamorado de ella, que las estrellas de Oclahoma le parecían patéticas, que siempre se fijaba en ella en la clase de matemáticas y que le gustaba su forma de ocultarse y aparecer.
Tras este suceso, ambos estudiaron en la universidad juntos, al acabar los estudios vivieron los dos en una casita en el centro de la ciudad, se casaron y tuvieron una niña, Tierra.
Pero tras varios años más de convivencia, algo salió mal, Luna se volvió aún más siniestra, hasta el punto de no salir de casa, no aguantaba relaciones ni con sus propios padres. A su vez, Sol se volvió adicto al deporte, sólo se dedicaba a esculpir cada músculo de su cuerpo como si  de un escultor del renacimiento se tratase. La niña crecía y el ambiente no era el adecuado para ella así que Sol y Luna tomaron la decisión de divorciarse.
Todo fue mucho mejor, Sol seguía haciendo deporte sin necesidad de cuidar de Luna y sus rarezas, y Luna se fue a vivir a una casa apartada de la sociedad, al otro extremo del mundo. Tierra creció bien, veía a sus padres por turnos, un mes con Sol y otro mes con Luna y sólo muy de vez en cuando se juntaban los tres para conversar sobre su vida, momentos que Tierra llamó eclipses.

sábado, 23 de abril de 2011

¿Cómo se hizo famoso Salicornio?

Existió hace varios años una planta con pinchos que estaba todo el día al sol del desierto del colorado en el norte de América.
La falta de agua y el insoportable calor que azotaba segundo tras segundo la planta causaron su muerte. De ella sólo quedó el esqueleto, que decidió emprender un viaje en busca de nuevas amistades y aventuras.
Salicornio (el esqueleto de la planta) comenzó su viaje y justo al comienzo encontró unos cuantos salicornios como él, les pregunto si querían formar parte de la aventura y todos aceptaron con una sonrisa en el tallo. Así Salicornio se hizo más grande y continuó su viaje. tras unos días deambulando sin rumbo llegó por fin a un pequeño pueblo de madera, donde unas personas muy raras vestían y andaban con las patas muy abiertas, algunos de ellos iban montados a caballo y otros no paraban de beber alcohol y dispararse con revólveres chillando ayyyayyyayyyy!!!! 
Ante tal escena Salicornio se acercó para conocer un poco más esa cultura y preguntó a un hombre con una estrella en el pecho y un sombrero:

- Perdona, ¿Por qué hacéis esto? 

El hombre contestó:
- Somos cowboys, y estamos rodando una película, ¿Te gustaría formar parte de ella como figurante?

Sin duda Salicornio estaba dispuesto a vivir todas las aventuras que pudiese y aceptó la propuesta.
Su tarea era sencilla, en una escena en la que los protagonistas estaban a punto de dispararse entre ellos debía cruzar por detrás como llevado por una ráfaga de aire. 

Al parecer el resultado fue abrumador, a todos le encanto la colaboración de Salicornio. Todas las productoras de televisión llamaron a Salicornio para ofrecerle trabajos semejantes a los que él accedió sin dudar. Con el paso del tiempo el esqueleto de planta que podía haber fracasado era rico, podía hacer lo que le viniese en gana. tenía una mansión a su disposición y varios helicópteros.

Pero un día, dejaron de llamar. Las películas del oeste ya no se llevaban, los tiempos habían cambiado, y todo lo que tenía se le esfumó cómo el tiempo. Salicornio no sabía que hacer, sólo lloraba y lloraba, hasta que un día pensó en el principio, cuando partió del desierto sin nada.... era feliz. Su felicidad fue disminuyendo cuanto más dinero tenía, cuanta más fama conseguía. Se dió cuenta que hacer cosas excitantes y conocer nuevas amistades le satisfacía más que las cosas materiales. Así decidió emprender un nuevo viaje hacia ninguna parte, buscando nada.

lunes, 4 de abril de 2011

Cuento para estudiantes

Debajo de la cama de Dani, estudiante universitario, vivía una simpática pelusilla.
La pelusilla siempre hablaba con Dani, le contaba cómo había ido el colegio, cómo había ido con sus compañeras pelusas de clase... Consiguieron hacerse muy amigos, Dani también le contaba las cosas que tenía que estudiar y las relaciones con sus compañeros y compañeras.

Un día, la pelusa empezó a chillar, Dani corrió raudo hasta llegar a su cama, cuando echó un vistazo a lo que había abajo se dio cuenta de lo que pasaba. La pelusa era tan grande que se había dado un golpe en la cabeza, ya no cabía plantada en el hueco de bajo de la cama.

Para solucionar esto, Dani decidió ponerla en el armario del pasillo, que no tenía uso alguno. allí la pelusa se encontraba estupendamente, había espacio de sobra. 

Pero la pelusilla siguió creciendo, pasó al instituto y cada día se hacía más grande. Un día la pelusilla volvió del instituto cabreada, porque su profesor pelusa le había regañado por llegar tarde. Se dirigió con aire despreocupado hacia el armario y cuando fue a entrar, ya no cabía por la puerta. 

- Dani!!- Chilló cual gato al que le han pisado la cola. - Búscame un nuevo hogar, aquí no voy a poder vivir nunca más.

Dani, se llevaba demasiado bien con pelusa como para no hacerle caso, y le buscó un hueco en la entrada, de nuevo pelusilla volvía a estar en un lugar confortable. 

Cada día, pelusa se hacía más y más grande, y cada día se hacía más quejica, llegó un momento en que sólo se dirigía a gritos hacia Dani, exigiendo todo cuanto pedía y contestando con insultos. Dani cada vez aguantaba menos.

La pelusa se hizo tan grande que Dani tubo transportarla al pasillo, y más tarde a la terraza. Y a su vez, se hizo más desagradable, la convivencia con ella era básicamente imposible, hasta que un día, Dani estaba tan harto que limpió.

jueves, 24 de febrero de 2011

Capítulo final

...Al final Suro consiguió llegar a su afluente natal. con Gisella a solas.

Suro dijo:

- Durante mucho tiempo mis propios compañeros, mis propios hermanos han pensado que no podría tener descendencia. ahora sólo yo tendré descendencia.

El ingenio y la amistad de Suro superó a la de los otros salmones....

Gisella, comenzó a llorar, ni siquiera sabía cómo aquel imbécil había podido convencerla para que le siguiera.

- ¿Qué pasa? - dijo Suro - ¿Por qué lloras? - prosiguió.

Gisella se dio media vuelta y volvió a intentar salvar a sus compañeros desesperadamente, pero fue en vano, cuando llegó todo estaba calmado, no quedaba ningún hermano, ningún amigo, sólo quedaban Suro y ella, justo como él había planeado. 

Pensó qué pasaría si no hubiese descendencia, si todas las generaciones que habían pasado por aquél afluente desapareciesen de repente, y al final, sin saber bien por qué, pensó en volver a buscar a Suro para aceptar a regañadientes su proposición.

Mientras tanto, Suro estaba ansioso, no podía soportar que su plan hubiera salido mal, siguió dando vueltas y vueltas, pensando cómo solucionarlo. 

De repente, Suro cayó en la cuenta de algo, ¡Gisella había vuelto al estanque de abajo, donde el castor estaba devorando todos los salmones!

Se apresuró sin dudarlo un segundo, bajó las cañerías especiales que había construido el castor para que pudiese atravesar con facilidad el dique. Pero cuando llegó no vio a nadie. Era demasiado tarde.

Aquel día, una camada entera de salmones que vivían en un río de Alaska desapareció.




(Capítulo 4, Final)

miércoles, 23 de febrero de 2011

Gisella

Como toda familia de salmones, Gisella nació en lo alto de un río con aproximadamente 400 hermanitos y hermanitas. pero Gisella era especial, tenía la cola muy ancha y era la más guapa de toda la camada.

El que tuviese una cola así favorecía su aprendizaje en el colegio, así consiguió ser la más popular en su grupo de amigas, era la que más saltaba del grupo. Consiguió, gracias a eso, rodearse de los chicos más deportistas y atractivos de su colegio. Todas las chicas, aunque la trataban como a su líder, en realidad la envidiaban.

Con sólo 1 mes de vida ya se apuntó para ser la animadora del equipo de salto acuático, y sus progresos no pararon a lo largo de su vida.

Sin embargo, pese a ser la más popular y la que más premios tenía, Gisella no era feliz. Pensaba que todos deberían tener la oportunidad de saltar tanto como ella, y que era tan popular por haber nacido así. Se fijó en un un salmón, que había sufrido toda su vida por tener una cola estrecha, ella lo miraba con pena, sabía que el destino de aquel salmón no era bueno.

Cuando cumplió los 4 meses, Gisella dejó de saltar, dejó el instituto y dejó todo lo que había conseguido todo ese tiempo. No entendía porque todos no tenían las mismas oportunidades, se sentía estúpidamente superior a otros sólo por tener un rasgo físico mejor.

Todos los pensamientos que le abordaban concluyeron en uno: ayudar a los salmones menos favorecidos. así dedicó el resto de su vida a cuidarlos y entrenarlos horas extra, inventó una forma nueva de saltar medialte la cual se  conseguía, pese al tamaño de la cola, una gran altura y las mejoras fueron increíbles. 

Pero jamás volvió a ver a aquel salmón que le hizo pensar, aquel con la cola tan estrecha....
Por fin llegó el día en el que saltarían río arriba para poner sus huevos. Pero sucedió algo terrible, los castores habían construido un dique tan alto que ni tan siquiera ella podría saltar.

Continuará...

(parte 3)

martes, 8 de febrero de 2011

Castor carnívoro

En las frías montañas de Alaska, donde las plantas están siempre en flor (porque están congeladas) y los salmones suben los ríos para poner sus huevos, nació un castor. Sus padres le cuidaron muy bien, habían construido una cabaña de madera y allí dentro se estaba calentito.

Un día, mientras el castor nadaba para divertirse, se le cruzó un pequeño salmón, el castor iba con la boca abierta y se lo comió sin querer.

En comparación con el burdo sabor a tronco, el salmón era un verdadero manjar. a escondidas de sus padres el castor comía salmones, se aprovechaba de la temporada en la que los salmones saltaban para cazar alguno que otro. Hasta que sus padres le pillaron...

- Durante siglos esta familia ha comido troncos, troncos y troncos, y tú la has deshonrado!! - gritó el padre lleno de furia. -a partir de ahora vivirás en el río de al lado. No queremos a nadie como tú en nuestra familia!!

El castor no tuvo más remedio que irse de aquél río, y marcharse al contiguo. cuando llegó allí se encontró con un salmón, pero fue el único salmón que le habló. Le preguntó por qué estaba tan triste.

El castor confesó todo, y se hizo amigo del salmón. Juntos vivieron grandes aventuras, y un día el salmón le propuso un pacto, él le ayudaría a construir un dique tan alto que ningún salmón pudiera saltar, así todos los salmones se quedarían allí y el castor podría comérselos a todos, a cambio de que le dejase paso sólo a él y a su chica.

El castor aceptó, sin duda se alegraba de haberse separado de su familia.

Meses después, el castor pudo comer el mayor manjar de salmones que nadie pudiese imaginar.

Continuará...

(Parte 2)

lunes, 7 de febrero de 2011

Salmón de cola estrecha

En un río de Alaska, una familia de salmones tuvo muchos bebés, entre ellos Suro, el número 312 en nacer de la camada.

Cuando Suro  cumplió 3 días, fue a su primer día de colegio. - en el colegio de salmones se enseña el arte de saltar, para poder escalar el río otra vez para tener hijos-.

Todos los compañeros de Suro se rieron porque era el que tenía la cola más estrecha. 

- Con la cola tan estrecha, - decía un compañero suyo - no vas a poder saltar ni un centímetro!!

Suro volvió llorando a su casa. pero por el camino se encontró a Gisella, una salmona hermosa, Suro no había visto ninguna salmona tan preciosa en su vida.

Pasaron los años y Suro siguió enamorado de Gisella, y en su clase seguían metiendose con él. Cada día que pasaba, los insultos de los salmones eran más crueles.

Un día Suro se enfadó tanto con sus compañeros que se marchó lejos del lugar. Nadó durante minutos... muchos minutos...Se encontró con un castor, el castor se hizo amigo del salmon, aunque era una amistad con una tensión innata se llevaban muy bien.

Suro le contó a su amigo lo que le pasaba con su cola y cómo sus compañeros le habían hecho la vida imposible. Le confesó también su amor por Gisella. Su afluente natal, etc. entre los dos amigos no había ningun secreto. 

Cando llegó el momento de subir el río, 5 años después, los salmones compañeros de Suro estaban muy fuertes, todos se disponían a regresar a su afluente natal, pero se encontraron con una barrera...

El castor había construido un dique que era demasiado alto incluso para el más fuerte de todos los salmones. el terror corrió por las escamas de los salmones.

Todo era un plan que durante años había estado planeando Suro. Con cautela avisó a Gisella, que estaba entre el grupo de los salmones. y se fueron por un pasadizo que el castor había preparado. Gisella le siguió un poco confusa. pero con muchos saltos en vano, al final Suro consiguió llegar a su afluente natal. con Gisella a solas.

Suro dijo:

- Durante mucho tiempo mis propios compañeros, mis propios hermanos han pensado que no podría tener descendencia. ahora sólo yo tendré descendencia.

El ingenio y la amistad de Suro superó a la de los otros salmones....

Continuará...


(parte 1)





domingo, 30 de enero de 2011

Estrella sin luz

Una estrella vivía en una galaxia de las más pobladas del mundo, las estrellas estaban apiñadas porque había poco espacio para todas.

Un día la estrella pensó que no era nadie, con tantas estrellas nadie podía haberse fijado en ella.

-Quizás, - dijo - si desapareciera ahora mismo nadie se daría cuenta de mi extinción.


Tras pasarse varias semanas dándole vueltas a la cabeza la estrella decidió apagarse. La estrella murió y sólo quedó su alma vagando por la galaxia.


Pero algo sucedió que la estrella no esperaba...

Unos días después de su muerte, planetas empezaron a desaparecer.

Después de desaparecer los planetas, los satélites se desviaron de su trayectoria y alcanzaron otros planetas.

Los planetas alcanzados por los satélites también se extinguieron, y por tanto los satélites que les rodeaban también se desviaron afectando a otros planetas.

El alma de la estrella observaba atenta como la galaxia entera se estaba desajustando después de haber desaparecido.

Entonces pensó que quizás su existencia sí era importante...

lunes, 24 de enero de 2011

El Fallecimiento del Rey

En una ciudad donde habitaban ciudadanos pobres y mal vivientes, reinaba un rey malvado y cruel que se quedaba todo el dinero de sus ciudadanos. Su siervo, Democracio, hacía caso a todo lo que el Rey le dictaba. Si el Rey le ordenaba que limpiase su túnica de pieles de oso polar, Democracio lo realizaba. Si el Rey le mandaba cazar una serpiente para decorar con su piel el bolso de su esposa, Francisco obedecía.

La esposa del Rey, era hermosa, de pelo rizado y largo, ojos color miel, y un cuerpo digno de una diosa. Sin embargo, el Rey no la quería por ser guapa, él la quería  para tener descendencia. Así su hijo sería dueño de todo cuanto él poseía. Pero la Reina, por más que el Rey lo intentaba, no se quedaba embarazada. parecía que el destino sería no tener hijos jamás.

El Rey, desesperado, no sabía que hacer pues él apoyaba las tradiciones que su pueblo tenía. una vez había contraído matrimonio, no podría separarse. Lo único que podría separarlos sería la muerte.

Aclamado por su desesperación, el Rey mató a su esposa y se casó con otra mujer más joven. Pero su nueva mujer tampoco tuvo hijos.

De nuevo, sin saber qué hacer decidió acabar con su segunda esposa.

Tuvo una tercera esposa, aún más joven, y que ya había tenido un hijo. Pero pasaron los meses y tampoco quedó embarazada.

Democracio, al corriente de la situación anunció al Rey:

- Mi alteza, creo que el problema no está en sus esposas, si me permite la osadía, creo que el problema lo tiene usted...

Lleno de ira, el Rey contestó a Democracio:

- Pues si el problema reside en mí.. ¡me mataré a mi mismo! Democracio, tú serás el encargado de elegir mi sucesor, elige bien y se igual de fiel que lo has sido conmigo.

A la mañana siguiente, el Rey murió por ingerir veneno. Democracio no sabía que hacer, ¿Cómo elegir el mejor candidato al Rey?

Democracio publicó por la calle carteles en los que decía que se elegiría al nuevo Rey en una asamblea el próximo viernes en el castillo. Pero nadie se presentó. el Antiguo Rey no había construido colegios en los que enseñar a sus ciudadanos a leer.

Democracio decidió ante esa situación, visitar todas las casas para ver el estado de los ciudadanos, y el ciudadano en mejor estado sería el elegido. Por desgracia, al no existir médicos ni hospitales para curar a los ciudadanos, todas las familias vivían en un estado miserable.

Democracio al fin tomó la decisión final. Él sería el nuevo Rey sólo hasta haber formado y mejorado la vida de sus ciudadanos. Cuando las condiciones de todos y cada uno de los ciudadanos fuesen mejores, eliminaría el título de Rey y lo cambiaría por el de Gobernador. Cada año los ciudadanos, podrían elegir un nuevo Gobernador entre todos los ciudadanos, y así se aseguraría elegir el correcto. Y así, la ciudad pobre que vivía bajo las órdenes de un malvado Rey, pasó a ser la ciudad con más cultura y con mejor sanidad de todo el planeta.

sábado, 22 de enero de 2011

El labio que se enamoró del herpes

Había una vez unos labios muy tristes porque sólo hablaban con los dientes, que eran muy tiquismiquis y se llevaban fatal. A veces también hablaba con la lengua, que de vez en cuando se asomaba, pero era una hipócrita y siempre critibaca por la espalda, contándole a su amigas campanilla y garganta lo secos que estaban los labios.

Un día, apareció un herpes en los labios, y él labio se enamoró de él. era tan original... vestía elegante, con un vestido marrón con lunares blancos, con esa melena dorada como el oro destacaba sobre las demás partes del cuerpo.

El herpes también se enamoró de él, y cada vez que el dueño del labio se enamoraba, el labio se ponía contento porque quizás vería a su amado herpes.

Un día, el herpes le dijo al labio:
- Lo siento, he escuchado cómo el dueño decía que se iba a operar para eliminarme.

Los dos lloraron toda la noche, pero tubieron oportunidad de despedirse.

Pasaron los años y el labio esperaba con esperanza volver a encontrarse con su amado herpes, pero jamás se reunió de nuevo con él.

El labio siguió hechándole de menos hasta el día en que encontró a alguien que era incluso mejor que el herpes. El chocolate. su amor fue tan repentino como el que sintió por el herpes, de nuevo esa sensación en la comisura superior, como un cosquilleo.

El labio jamás se olvidó de su romance con el herpes y lo maravilloso que fue, pero había encontrado alguien mejor, y lo veía más a menudo. y así el labio volvio a ser feliz y a estar enamorado para siempre.

Ramoncito el constructor

Hace ya unos cuantos años, en una gran ciudad llena de edificios gigantes y de inmensos rascacielos, nació un niño llamado Ramoncito.

Cuando tan sólo tenía 2 años, sabía doblar un folio formando pajaritas, barcos, sombreros, cubos y varias cosas más.

A los 5 años, su pasión era la papiroflexia, sus padres construyeron una habitación más para colocar todas sus obras de arte cuyo único material era el papel. A estas alturas Ramoncito juntaba varios folios y sabía construir personas a tamaño real con ellos. construía bicicletas que incluso funcionaban aunque no eran capaces de soportar el peso humano. Pero al darle a los pedales con la mano las ruedas sí podían rodar.

Cuando ramoncito se hizo mayor, decidió construir su mayor obra, para él y sus amigos construiría un pueblo hecho de papel. Ramoncito estaba harto de esa ciudad tan grande y contaminada.

Para comenzar a construir, compró 90 toneladas de papel y eligió el lugar, en una montañita a la vera de una playa, y se puso manos a la obra.

Comenzó construyendo el colegio, con sus pupitres de papel, sus pistas de fútbol con porterías de papel, que conseguía hacerlas tan duras como el acero a base de muchas capas de papel.

Siguió por el hospital, por si había alguna vez algún accidente.

Y así continuó construyento unos meses hasta que acabó.

El pueblo de Ramoncito se convirtió en un centro turístico fantástico, venían personas de todos los rincones para ver la ciudad de papel.

Pero un día, Ramoncito estaba cocinando, una cerilla se le cayó al suelo y por esa cerilla, el pueblo entero ardió en llamas.

Del pueblo de Ramoncito no se salvó nada. Todo el esfuerzo de varios meses se quemó en apenas unos minutos.

Pero Ramoncito no se rindió por eso. volvió a reconstruir el pueblo de papel tal y como estaba antes, pero esta vez lo hizo con papel de aluminio, que no se puede quemar.

Meses más tarde turistas de todo el mundo visitaban con alegría la ciudad metálica de Ramoncito.

viernes, 21 de enero de 2011

La copa de vino

Rocío era una copa para vino que nació en Alemania y fue exportada a Francia. allí unos Franceses que tenían unos ingresos muy elevados la compraron y la pusieron en una estantería protegida por un cristal, junto a otras muchas copas de vino más baratas.

Recién comprada, Rocío era muy feliz con sus nuevos dueños, cuando la compraron la alababan diciendo que era una joya, que tenía un acabado estupendo, y muchos otros piropos.

Pero con el paso del tiempo, la copa Rocío acabo sola y abandonada en aquella estantería protegida por un cristal. nunca la usaban, dejaron de decirle piropos y dejaron de admirarla. Sólo la sirvienta le hacía caso y era para limpiarla.


Un día llegaron familiares de los dueños de Rocío y cenaron por todo lo alto, Rocío se emocionó al ver que sacaban botellas del vino más selecto del mercado, pensaba que la usarían por primera vez, estaba tan nerviosa... Sin embargo, los dueños eligieron la cubertería barata, al parecer ni se fijaron en las copas que sacaban, el vino lo era todo, era tan bueno que la copa utilizada sería sólo una pequeña parte de ese placer.

cuando volvieron a guardar las copas utilizadas para aquel vino en la estantería protegida por un cristal, Rocío les dijo a sus compañeras:
- Ya no aguanto más, debo irme de aquí como sea.
sus compañeras se sorprendieron por lo que Rocío decía y una de ellas preguntó:
- ¿Y cómo piensas salir de aquí?
-  cuando llegue la sirvienta, me haré resbalar de sus manos. - Respondió Rocío.
- Pero así te caerás y romperás, deberías buscar otro plan. - añadió la copa barata.
Rocío hizo caso omiso de su compañera y a la mañana siguiente se escurrió de las manos de la sirvienta, rompiéndose por completo.

La sirvienta, limpió el estropicio y vertió los escombros de Rocío en el cubo de basura para cristales.

Pasaron los meses en la casa sin Rocío, cuando un día, tras reponer una bombilla que se había fundido en el salón, Rocío volvió a aparecer, muy contenta, saludó a sus amigas las copas baratas y estas preguntaron:

- ¿Qué ha pasado? ¿Cómo puedes estar aquí otra vez?.
rocío había sido reciclada, moldeada y transformada en una bombilla, cuando se expuso en el mercado, la sirvienta compró una bombilla para arreglar la fundida del salón y así, por casualidad, rocío volvía a estar junto a sus amigas. además los dueños ahora le daban un buen uso, a todas horas la encendía y la apagaban. y así Rocío fue feliz durante mucho tiempo.